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Bruselas – Ni el primer ministro polaco, Donald Tusk, ni la jefa de la diplomacia italiana, Federica Mogherini, se toparon ayer con ningún obstáculo en su ascenso a la cúpula de la Unión Europea. Sus nombres llevaban meses en las quinielas y ayer no hubo sorpresas que estropearan un secreto cantado. El primero sustituirá al belga Herman van Rompuy al frente del Consejo Europeo el próximo 1 de diciembre, cuando expira su mandato, mientras que la italiana, que será además vicepresidenta de la Comisión, hará lo mismo con Catherine Ashton cuando el nuevo Ejecutivo comunitario de Jean-Claude Juncker comience a trabajar el 1 de noviembre.

Ambos comparecieron junto a Herman van Rompuy nada más ser confirmados por unanimidad durante la cumbre extraordinaria -en la de finales de julio los 28 no llegaron al consenso- convocada para cerrar un acuerdo esencial para que Juncker termine de perfilar el nuevo colegio de comisarios. La noticia no obstante se le escapó al belga al inicio mismo de la reunión cuando un micrófono abierto permitió escuchar una breve conversación con el presidente chipriota que le interrogaba sobre si había acuerdo. “Sí, pero no lo digas”, le espetó sobre el acuerdo que convertirá a Tusk en presidente del Consejo Europeo y de las cumbres de la Eurozona.

No hizo falta esperar mucho. “La sorpresa se ha desvelado. El nuevo tándem europeo está completo. Tusk y Mogherini trabajarán juntos para defender los intereses y los valores europeos”, anunciaba Van Rompuy que defendió el nombramiento de ambos. “Es uno de los primeros ministros con más experiencia en Europa. Merece el cargo porque es quien es y me parece suficiente”, zanjó sobre Tusk, a quien se le ha achacado su escaso dominio del inglés, un idioma esencial para tejer acuerdos y mediar en el Consejo Europeo. “Permítanme que hable en polaco. Voy a pulir mi inglés y les prometo que estaré listo el 1 de diciembre al 100%”, advirtió. Su nombramiento no es casual sino el resultado de los equilibrios geográfico, políticos y de género necesarios en la escena europea. La elección de una mujer socialista para alta representante, muy criticada en julio por los países bálticos y del este por sus vínculos con Rusia, obligaba a la UE a buscar en el caladero conservador y a tener en cuenta, por primera vez en la historia europea, a un candidato del este.

donald tusk

Nacido en Gdansk (antigua ciudad portuaria alemana de Danzig), en el norte de Polonia, hace 57 años, llega a la presidencia del Consejo Europeo en buena parte gracias al decisivo apoyo de la canciller alemana, Angela Merkel, con la que mantiene una estrecha relación. Al igual que la gran mayoría de miembros del centroderecha polaco, Tusk proviene del entorno del sindicato Solidaridad y de la lucha contra el comunismo durante los ochenta.

federica mogherini

Nacida en Roma hace 41 años, Mogherini se convirtió el 22 de febrero de 2014 en la titular de Exteriores italiana más joven de la historia dentro del Ejecutivo formado por el también primer ministro más joven, Matteo Renzi. Cursó Ciencias Políticas en la Universidad La Sapienza de Roma y se doctoró con una tesis sobre la relación entre religión y política en el Islam y ha cultivado un gran conocimiento de Oriente Medio.